martes, 23 de septiembre de 2008

"Anoche sone que eramos gatos..."












Desde la tierra la luna se ve tan bonita, redonda y llena de luz, que más de uno desearía vivir en ella…

-Que bonita se ve la tierra desde aquí, inundada de colores, tan majestuosa y grande, seria ideal vivir en un lugar así, es casi mágico como el sol la calienta y las nubes la arropan - meditaba un curioso gato lunático, que recostado en su cráter lunar, se lamia el pelaje y admiraba el paisaje que cada día le quitaba el aliento y lo hacia fantasear.

Dio, era el nombre de aquel gato curioso, que vivía solo y no le gustaba mucho la idea de salir de su cráter, ya que lo que mas disfrutaba el era acostarse y contemplar el universo, sobre todo la Tierra, ese planeta intrigante con el cual soñaba todos los dias.

-Dio, deberías salir mas a menudo, no es saludable que permanezcas todos los días en tu cráter- le reprimió Penny una gata amiga, la cual iba a visitarlo frecuentemente. Era una gata particularmente paciente, muy pocos podían tolerar la extraña obsesión de Dio hacia la tierra.
-¿Salir? ¡Salir! ¡Eso es! - inesperadamente empezó a decir Dio, mientras brincaba de un lado a otro con gran entusiasmo.
Penny lo miro sorprendida, pues el no solía moverse mucho, a veces ni siquiera del todo, Dio estaba algo deprimido hace algún tiempo, nadie sabia muy bien porque y nadie se atrevía a preguntárselo tampoco porque podía ser algo agresivo cuando se sentía indagado, además de esto era muy apasionado por la Tierra y esto molestaba a todos lo demás gatos lunáticos que pensaban que el era un caso perdido. Ella era su única amiga en realidad, porque era la única gata lunática que creía que debajo de eso ojos tristes y pensativos había un alma hermosa y algo incomprendida. Esa no era la primera vez que sugería ella esta idea a Dio de dejar el cráter, pero si era la primera vez que su amigo parecía interesarse en ella.

Dio al darse cuenta de lo perdida que estaba su amiga, calmo ansias y le explico.

-Penny, ¿no entiendes? , eso es, tengo que salir de este cráter.
-Si! -dijo ella- eso es lo que trataba de decirte, hay que salir, si quieres podemos ir al otro lado de la luna, y podemos…corretear estrellas fugaces y también podemos jugar a los asteroides y meternos al cohete abandonado y…-
-No Penny- la interrumpió Dio- no me refiero a salir de un cráter para entrar a otro, hablo de salir completamente –
-¿Y a donde piensas ir?- pregunto Penny desanimada- ¿no seguirás con esas ideas sobre de la Tierra?-
Dio no le respondió, y no hacia falta, con su sonrisa desorbitada daba señas claras de que era eso que pasaba por su cabeza y Penny al ver que el no bajaba a la realidad le dijo
-Estas completamente loco! ¿Como planeas ir a la tierra? -
-Le pediré el favor a una estrella – Afirmo Dio lo suficientemente fuerte para convencerse así mismo que era una buena idea
-¿A una de esas ermitañas malhumoradas?, - refunfuño Penny- ¿como planeas que te hagan un favor así?-
-Tal vez si le ofrezco algo a cambio-
- ¿Cómo que?, ¿una uña o una bola de pelos?- se burlo Penny
-¿Qué tal si…? -se detuvo pensando Dio por unos segundos- prometo regalarle lo mas valioso que encuentre en la tierra?-
-¿Y cuándo te irías?- le pregunto Penny con tristeza.
- ¡Ya!- Exclamo con entusiasmo
-¿ya?- Suspiro la gata
_ ¡ya!- repitió Dio con alegría mientras se impulsaba de un solo brinco de su profundo cráter y se disponía en dirección al Monte Luz donde las estrellas fugaces se detenían de vez en cuando a descansar.
-Espera, no debes irte- Le grito Penny, y salió corriendo a tratar a convencerlo de que no se fuera
Se dirigieron a la zona oscura de la luna, treparon a toda prisa el Monte Luz. Para la suerte de Dio, al llegar había una estrella fugaz no muy vieja llegando.
-No te vayas –le suplico Penny de nuevo, pero Dio no le hizo caso y se acerco a la estrella rápidamente.
-Disculpe, señorita estrella, noto que usted es una estrella en excelente forma- Dijo Dio en forma extremadamente cortes y halagadora, pues con las estrellas hay que ser muy cuidadoso ya que son muy temperamentales.
-¿Que quieres?- respondió la estrella de forma un poco tosca mientras se limpiaba el polvo de luz que había recolectado de tanto viajar por el universo.
-No quisiera molestarla, mi nombre es Dio y soy una gran admirador de las estrellas fugaces, sus viajes, sus aventuras, sus estelas y quería pedirle un favor- dijo Dio un poco intimidado.
-¿Un favor, por que habría de hacerle una estrella como yo un favor a un gato lunático?- volvió a responder la estrella pero esta vez con un dejo de curiosidad impregnada en su voz.
-Pues veras – dijo Dio mientras aclaraba su garganta para obtener el tono de voz convincente y seguro para exponer su nueva idea.- Yo siempre he querido conocer la tierra y pensé que tal vez podrías llevarme en la punta de tu estela-
La estrella lo miro sorprendida y le dijo -¿Y que ganaría yo con eso?- ahora un poco mas interesada y confusa por esa inusual proposición del pequeño gato lunatiko.
-Aun no sè que pueda encontrar allá, pero supongo que podría interesarte tal vez lo mas valioso que encuentre en el planeta-
¿Lo más valioso de un planeta eh? –pregunto la estrella para si misma en voz alta y después de unos segundos de meditación, le dijo a Dio -¿Sabes que?, estoy algo sorprendida con esa loca idea tuya, nunca pensé encontrarme con un gato aventurero, y con esa recompensa me haz logrado convencer, sube ya, partiremos de inmediato-
-Dio no, por favor, no sabes con que cosas te puedas encontrar, puedes caer de la estrella y perderte en el universo, no te vallas - le suplico por ultima vez Penny, pero Dio estaba muy entusiasmado con su plan y no le hizo caso.
-Adiós Penny, gracias por ser mi amiga, no te olvidare- le dijo Dio de despedía.
-Adiós- dijo Penny con los ojos llenos de lágrimas- tampoco te olvidare Dio, solo espero que encuentres lo que sea que estas buscando.
Y así subió con cuidado a la estrella y con todas sus fuerzas se aferro de la punta de su estela y partió con la estrella rumbo a la tierra.

Dio estaba algo angustiado al principio, el exceso de velocidad le erizo hasta el ultimo de sus pelitos y el frio lo llevaba castañeando su dentadura, pero la estrella comenzó a hablarle para tranquilizarlo y evitar que rasguñara mucho su estela. El viaje se le hizo eterno a Dio, no sabia que la tierra estuviera tan lejos, pues a pesar de la velocidad se demoro un rato para empezar a ver a la tierra mas grande. Cuando estuvieron ya tan cerca que Dio se dio cuenta que esa pequeña bola de colores que el veía desde su casa era en realidad mucho mas grande que la luna, la estrella le dijo que recordara su promesa de entregarle lo mas valioso que encontrara en el planeta y que estuviera pendiente de ella pues cuando estuviera cerca del planeta de nuevo brillaría de color violeta para que el supiese que era ella. Y con esto se despidieron, y la estrella sacudió su estela lanzando a Dio hacia la Tierra.

Aterrizo en un callejón, de pie por supuesto ya que los gatos siempre caen de pie, aunque mucho mas fuerte de lo que esperaba el impacto, la gravedad de la tierra era mucho mas fuerte de lo que jamás se hubiera esperado, sin embargo, seguía completamente erizado y con los ojos cerrados, pues no se atrevía aun a abrirlos, había cumplido el sueño de toda su vida de llegar hasta la Tierra pero era tan real que estaba contento y a la vez completamente horrorizado.

En lo que respecta a la tierra era de día, por la mañana. Dio abrió los ojos lentamente y al comienzo no veía nada luego todo se fue aclarando mucho de hecho mucho mas de lo que esperaba pues todo era muy brillante incluso el, estaba solo, no veía a nada ni nadie por ningún lado, así que asumió que la Tierra no tenía habitantes y comenzó a explorar sin miedo sus alrededores. Pero no duro mucho con esta conclusión puesto que al cabo de unos minutos oyó un fuerte estrepito que provenía de un cilindro metálico que cayo y choco contra el piso, Dio retrocedió y choco contra un muro y con reserva se acomodo lo suficiente para poder ver el interior del cilindro en el cual había una criatura muy parecida a el, pero a la vez muy diferente. La criatura al ver a Dio salto hacia atrás por la impresión y pregunto.
-¿que clase de animal raro eres?-
-soy un gato- respondió Dio intimidado
-¿un gato?- se extraño -no puede ser, yo soy un gato-
-Ah! Entonces tu eres un gato de la Tierra- dijo Dio ahora mas relajado aproximándose al otro gato.
-Y de donde mas?- dijo el otro, confundido y caminando en reversa pues no estaba muy confiado de esa criatura de colores, porque si era un gato era la raza mas exótica que había conocido.
-yo soy de la luna- respondió Dio
-¿De la luna? – pregunto el gato - ¿y ese barrio donde queda?
-¿Barrio? -`pregunto Dio confundido - ¿que es un barrio?, ¿No sabes donde queda la luna?, ¿Es decir desde la tierra no se alcanza a ver?, -que raro siempre pensé que si…-
Este, espera un momento – lo interrumpió- ¿la luna como en el cielo la luna y el sol? – Pregunto aun más confundido-
Si! – respondió con entusiasmo Dio, ósea que si la haz visto, ya sabes de donde vengo, esa es mi casa.
-Déjame ver si entendí bien- dijo el gato del callejón- eres de la Luna y eres un gato, jajaja esta vez si me pase comiendo basura, ya me habían advertido que iba a empezar a ver cosas raras…
Dio lo miraba confuso y le pregunto -¿Quién mas vive en la Tierra aparte de ti?-
El gato del callejón empezó a reírse muy fuerte y después de darle a Dio una mirada irónica le dijo, esta bien gato de la luna, solo tengo q decirte que en realidad no pareces gato, bueno no del todo,-
-Porque soy de la luna- dijo Dio
-bueno mucho gusto mi nombre es Dupper – dijo el gato de la tierra aun un poco desorientado.
-¿A entonces tú eres el gato a cargo no?- dijo Dio convencido de que los gatos de la Tierra dominaban.
-Eeemmm… digamos que si- le respondió Dupper.
- ¿bueno y que hacen para pasar el tiempo en un lugar tan fascínate como este?-
-sígueme y te mostraré-
Entonces Dio paseo por la cuidad con Dupper, pero estaba sorprendido de ver que no era nada como la luna, ahí habían mucho mas animales, unos enormes e intimidantes, otros mas pequeños y otros igual a el, sin embargo, después de preguntar mil cosas, Dupper le pidió que se relajara y que no preguntara tantas cosas, le pidió el favor que no hablara con nadie y dejara que el hiciera todas la conversaciones y le siguiera la corriente, para que evitara tener mas problemas de los que el le podría ayudar a solucionar.

Dupper lo llevo a hacer muchas cosas y a conocer muchos gatos, pero claro ninguno tan obsesionado por la Tierra como el, ellos preferían que Dio les hablara de la Luna. Dupper y sus amigos le mostraron las calles de la ciudad, los parques con cajas de arena, los callejones que daban a la puerta trasera de los mejores restaurantes donde le mostro a Dio los platos de comida mas esquicitos de la Tierra, también lo llevaron a los barrios mas lujosos de la ciudad a unas casa enormes donde vivían las mas hermosas gatas de alta sociedad que tenían ellos como novias. Dupper tenia una novia muy elegante llamada Rosie que vivía en una casa grande y muy alta con un balcón con vista a la Luna, esta gata se sorprendió mucho al ver a Dio, y le hizo muchas preguntas sobre la Luna pues según ella siempre la había admirado mucho por su belleza y se la pasaba sentada en el balcón esperando que ella saliera por que eso significaba que era hora de que llegara Dupper también, Dio respondió con mucho agrado pues era una gata amigable y muy educada que de hecho le recordaba un poco a Penny, no porque se parecieran en algo aparte de ser gatas, sino por la manera en que ella le hablaba a Dupper, se podía percibir que había un cariño enorme entre ellos y Dupper no dejaba de hablar de ella aun después de que se acabo la visita y de decir lo muy enamorado que estaba, a lo que Dio escuchaba con atención pues parecía importante pero lo que realmente no comprendía del todo, después de todo el nunca se había enamorado.

Después de visitar todos los lugares que Dupper y los demás gatos pudieron mostrarle, no se sentía lleno, así que finalmente fue en busca de ese algo valioso para llevarle a la estrella y de paso algo valioso para el, algo que pudiera llenar ese vacio que a pesar de haber cumplido su sueño de llegar a la Tierra no había podido dejar de sentir en su interior.

Dio había visto muchas cosas hermosas que podrían agradarle a la estrella puesto que en todo el universo no había cosas parecidas a esas que había en la Tierra, primero pensó en una flor, de esas no habían en la Luna, pero Dupper le explico que si la cortaba se moriría y perdería sus colores y belleza, después pensó en comida del mejor restaurante de la ciudad, pero después recordó que probablemente la estrella no comía la misma comida que los gatos. Dupper le dijo que lo mas valoraban en la tierra era el dinero y lo median con un metal precioso llamado oro, pero que para conseguirlo no seria nada fácil porque era vigilado constantemente por los de la raza humana y le conto historias horribles de muertes violentas ocasionadas por el deseo de conseguir ese metal precioso, por lo que aun siendo de su misma especie corría peligro de morir en el intento de obtenerlo, por lo que le aseguro que lo mejor que podía hacer era empezar a caminar observando el suelo con detenimiento por si acaso algún ser humano perdía por accidente alguna pieza de joyería con este metal, lo cual era improbable pero no imposible. Dio estaba exhausto y algo decepcionado de la Tierra, no podía creer que lo que mas valorasen en un planeta fuera un metal y que este les diera razón suficiente para matar a otro ser y así frustrado por no encontrar algo lo suficientemente valioso para poder entregar a la estrella sin correr el riesgo de morir en el intento, se dirigió de vuelta al callejón en el que la estrella lo dejo caer y miro hacia al cielo

-Desde la tierra la luna se ve tan bonita, redonda y llena de luz, que más de uno desearía vivir en ella…-le dijo Dupper a Dio, quien lo miro con sorpresa pues nunca en su vida había pensado que desde la Tierra pudiese haber un gato que pensara lo mismo que el pensaba, pero acerca de la Luna.

Dio suspiro profundamente y entendió por que a pesar de haber cumplido su sueño de llegar a la Tierra no se encontraba tan feliz y lleno como esperaba, ahora sabia que lo que mas tenia valor en la tierra aparte de ser solo un metal era también un gran peligro que ocasionaba muerte, lo mas hermoso que había en la Tierra según Dupper y Rosie era la vista de la Luna… así que se acostó pensativo sin decir mas palabras contemplando el cielo nocturno y lo hermosa que se veía la Luna desde allí, así conoció por primera vez lo que era una lagrima, sentía tanta nostalgia adentro de si mismo que se sus ojos broto una gota de agua plateada y enorme que callo en pequeño pedazo de lata que brillaba de muchos colores por el reflejo de la Luna… recogió el pedazo de lata con mucho cuidado de no regar la lagrima y sonrió mirando a Dupper, no solo tenia en sus manos lo mas valioso que había encontrado en la tierra sino que había entendido por fin que lo mas valioso que el podía tener estaba en la Luna, aquella gata lunática armada de paciencia que nunca lo dejo solo, Penny.